domingo, 10 de marzo de 2013
Publiquemos leyendas
Ya estamos en el año 2013 y seguiremos conociendo hermosas leyendas chilenas. BienvenidosAquí una leyenda Selk nam´ Kamshout y el otoño en Tierra del Fuego
jueves, 9 de septiembre de 2010
BICENTENARIO CHILENO
viernes, 21 de mayo de 2010
Leyenda "El cochero sin cabeza".
Bianca ha compartido el video de la leyenda "El cochero sin cabeza". Ahora te corresponde cambiarlo a una noticia.
martes, 4 de mayo de 2010
martes, 27 de abril de 2010
Diferencias entre mitos y leyendas
A continuación te presento una comparación para que logres establecer las diferencias correctamente.
LEYENDA
•Relato de acontecimientos ficticios que pueden estar basados en la realidad resaltando alguna característica de un pueblo o una persona.
•Relacionado con las costumbres de un pueblo.
•Carácter local.
•Personajes: reales o con características sobrenaturales.
•Se conocen porque pasan de generación en generación.
MITO
•Relato de acontecimientos totalmente ficticios que explica el origen del mundo o de una civilización.
•Relacionado con lo religioso o divino.
•Carácter universal.
•Personajes: dioses o héroes.
•Se conocen porque algún dios ha contado a los hombres lo que sucedió en el comienzo.
Fuente: Postítulo de Lenguaje y Comunicación. Pontificia Universidad Católica de Chile
Leyenda "El calafate"
Ahora podrás entretenerte con otra leyenda que puedes transformar a noticia ¡manos a la obra! Recuerda que para que comprendas mejor lo que lees, se han destacado algunas palabras claves.
Muchísimos años antes de que los blancos llegasen a romper la paz y el encanto de esta maravillosa tierra de pampas, montañas, glaciares, fiordos, canales y bosques milenarios, habitaban aquí dos grupos de gentes vigorosas y apuestas: los tehuelches y los onas. El jefe tehuelche tenía una hermosa hija, Calafate, orgullo y dicha de su padre. Poseía ojos grandes y hermosos, de un extraño color dorado, y era toda bella como el amanecer. Un día acertó a llegar al aiken de Calafate un joven ona que había cumplido la edad del kloketen, ceremonia de consagración de los onas en su mayoría de edad. Era alto y apuesto, e iba vestido con un bello quillango, manta hecha de piel de guanaco. El joven ona y Calafate se enamoraron, aun sabiendo que sus tribus no aceptarían esta unión. Pero como su amor era más fuerte que todo, decidieron huir y vivir solos y felices en el wigwan, choza hecha de piel de guanaco que harían en Onaisin.
Pero alguien descubrió los planes de los enamorados y los denunció al viejo jefe tehuelche. Éste supuso que el Gualiche, deidad maligna de los tehuelches, había embrujado a Calafate instándola a huir con un ancestral enemigo de su tribu.
Encolerizado, el jefe llamó a la shaman de su tribu y le ordenó frustrar la huida de la pareja, hechizando a Calafate. Habría de convertirla en algo extraño, hermoso e inalcanzable, pero permitiendo al mismo tiempo que sus bellos ojos siguieran contemplando el aiken que la vio nacer.
La shaman caviló y caviló. Miró a su alrededor como buscando inspiración a nombre de Calafate. Fue así como la shaman embrujó a la bella joven y la convirtió en arbusto. Y cada primavera el calafate se cubre de flores de oro, que son los ojos de la niña tehuelche, que contempla la tierra bella y salvaje donde conoció a su amado.
El joven ona jamás pudo encontrar a Calafate, pese a buscarla por todos los rincones de la región. Al sentirse para siempre aislado de su amada, murió de pena.
Entretanto, la shaman, pesarosa del mal que había causado a los amantes, hizo que las flores del calafate, al caer, se convirtieran en un dulce fruto purpúreo: es el corazón de la bella tehuelche. Todos los que comen de este fruto caen bajo el embrujo de Calafate, como ocurrió con su amante ona. Y, aunque vivan en otros lugares, el hechizo continúa y son atraídos por un extraño magnetismo al aiken que hoy se llama Punta Arenas.
Pero alguien descubrió los planes de los enamorados y los denunció al viejo jefe tehuelche. Éste supuso que el Gualiche, deidad maligna de los tehuelches, había embrujado a Calafate instándola a huir con un ancestral enemigo de su tribu.
Encolerizado, el jefe llamó a la shaman de su tribu y le ordenó frustrar la huida de la pareja, hechizando a Calafate. Habría de convertirla en algo extraño, hermoso e inalcanzable, pero permitiendo al mismo tiempo que sus bellos ojos siguieran contemplando el aiken que la vio nacer.
La shaman caviló y caviló. Miró a su alrededor como buscando inspiración a nombre de Calafate. Fue así como la shaman embrujó a la bella joven y la convirtió en arbusto. Y cada primavera el calafate se cubre de flores de oro, que son los ojos de la niña tehuelche, que contempla la tierra bella y salvaje donde conoció a su amado.
El joven ona jamás pudo encontrar a Calafate, pese a buscarla por todos los rincones de la región. Al sentirse para siempre aislado de su amada, murió de pena.
Entretanto, la shaman, pesarosa del mal que había causado a los amantes, hizo que las flores del calafate, al caer, se convirtieran en un dulce fruto purpúreo: es el corazón de la bella tehuelche. Todos los que comen de este fruto caen bajo el embrujo de Calafate, como ocurrió con su amante ona. Y, aunque vivan en otros lugares, el hechizo continúa y son atraídos por un extraño magnetismo al aiken que hoy se llama Punta Arenas.
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